viernes, 6 de abril de 2012

Comentario 3


La sociedad tiende a pensar que los jueces adoptan decisiones racionales basadas en la aplicación lógica de los preceptos legales. Es tranquilizador pensar que la acción de la Justicia obedece a una lógica y que esa lógica es independiente de factores ambientales o de otro tipo. Pero puede que las cosas no sean exactamente así o, mejor dicho, es posible que en el mundo real las decisiones que toman los jueces se alejen demasiado de esa racionalidad legal. En la primera mitad del siglo XX en los Estados Unidos y en Escandinavia se desarrolló un conjunto de teorías acerca de la naturaleza de la ley, conocido con el nombre de “realismo jurídico ” o “realismo legal”. El elemento central de esas teorías es que la ley es administrada por personas y, por lo tanto, está sometida a las debilidades, flaquezas e imperfecciones humanas. Los realistas sostienen que la aplicación de la razón legal no es suficiente para explicar las decisiones judiciales y que factores psicológicos, políticos y sociales también influyen en esas decisiones. El realismo jurídico ha sido caricaturizado con el tropo “la justicia es lo que el juez ha tenido para desayunar”.

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