¿Confianza en la
Administración de Justicia? Un viejo dicho pregonaba que ‘la ley es para
los de ruana’, significando que los miembros de las clases pudientes nunca
acababan respondiendo por sus delitos. Hay ahora la imagen de que
eso está cambiando en la medida que figuras de la elite nacional se ven
involucradas en toda clase de juicios. Pareciera que la ley comienza a ser para
todos. Así debería ser y ojalá fuera así para que la administración de
justicia fuera el fiel retrato de la balanza y se pudiera contar con que sus
actuaciones generaran confianza… pero infortunadamente no es el caso. El
protagonismo que se ha dado al llamamiento a altos funcionarios de
administraciones pasadas y los cuestionamientos que esto ha generado no parecen
producir ese efecto; por el contrario, en parte porque parece haber
desbordamiento que algunos consideran político, otros revanchista y otros
esperan la acción "ejemplarizante" de las cortes, no se muestra la ecuanimidad que debe emanar
de la forma de administrar justicia. Parece evidente que el peso de los medios
de comunicación es bastante determinante –tanto en la forma que influye en el
contenido de los fallos como en la selección de cuáles son los casos
protagónicos–. Pero en parte también porque no se cumple la expectativa de lo
que intervenciones precedentes permiten esperar. La autonomía de las ramas del
poder, y dentro de la rama judicial la de sus miembros, hace que sean
inevitables posibles pronunciamientos diferentes. Ni en la Fiscalía, ni en la
Contraloría, ni en la Procuraduría tiene la cabeza del despacho la función y el
poder de decidir cobre casos asignados por la ley a instancias subalternas,
luego es normal o usual que no siempre casos similares produzcan medidas
similares. "Juan Manuel López"
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